Revista de Divulgación Científico-Tecnológica del Gobierno del Estado de Morelos

Los guardianes de los humedales: Venado de cola blanca

Sin  duda   Bambi   la  película   animada   de  Walt Disney   desde   su   estreno  en   1952   despertó muchas  emociones y mostró  al mundo un rostro del venado  cola blanca que no conocíamos, como el guardián de los  bosques donde  habita.  Lo cierto  es que pocos animales comparten una historia tan ligada a  la  del  hombre  como  el venado cola  blanca,  cuya presencia ha sido relevante  para  los pueblos rurales, a lo largo del tiempo.

En   el   México   prehispánico  representaba un símbolo  de virilidad,  y es apreciado por  diversos grupos étnicos como una fuente de alimento y materias primas,  útil  en  la  recreación, deporte  y actividades místico-religiosas.

Este arraigo en la cultura mexicana  persiste hasta   la  actualidad. La evidencia   se  observa   en  la gran  diversidad   de  nombres otorgados  en  todo  el país; hacia el centro norte se le nombra  “mazatl” (náhuatl), “macha” (huichol), “xiumalt”, “muxati” (coras), “phatehe” (otomí), “axuni” (tarasco); y hacia el sureste se le conoce  como “ceh”, “keej”, (maya), “nehj” (chol) y “guej” (zoque). En la cosmovisión de diversos pueblos el venado personifica papeles importantes, tal es el caso  de los tepehuanos (indígenas  coras)  de la sierra  norte de Nayarit, donde durante las ceremonias al maíz y al xiumalt  (venado), algunos  hombres hacen un  retiro  voluntario donde  meditan  y duermen a la intemperie, mientras que los cazadores elegidos deben cazar uno o dos xiumalt  que serán  cocinados durante el tiempo que dura el mitote (las fiestas), de modo que durante el mitote cada poblador debe al menos probar la carne de xiumalt.

Más  conocida es  la  danza  del  venado  que se  realiza  en  estados   de  Sonora   y Sinaloa  por  los indígenas yaquis y mayos, es una dramatización de la cacería  del venado  (héroe  cultural  de estos  pueblos), por parte  de los “paskolas” (cazadores). En la cultura maya  los  venados  figuran  junto  a deidades  y se les relaciona con la lluvia, la fertilidad y la sequía; ejemplo de ello son los códices  donde  el venado  aparece con la glándula  lagrimal muy desarrollada, lo cual se relaciona con la idea de que los mayas  asumían que cuando el venado muere llorando, sus lágrimas atraen las gotas de agua del cielo y fertilizan  las tierras  para labranza.

Disminuyen las zonas habitables para los venados

Sin embargo no solo es un animal carismático, su importancia va mucho  más allá, de la cacería deportiva,  se distingue como un trofeo  a nivel internacional.  Por  su  tamaño,   hábitos   esquivos,   y forma de sus astas (las astas a diferencia de los cuernos se caen y renuevan cada año), se ha posicionado como una  presa  ideal para  cazadores deportivos,  ya que se obtienen ganancias por  cientos  de miles  de dólares en  estados   del  norte   del  país   por   esta   actividad. De las  catorce   subespecies de  venados   en  México, ocho  habitan en estados  del sureste,  derivado  de los hábitats donde viven, cuentan con astas más pequeñas y su complexión  es menos robusta que sus primos del norte,  de tal manera  que  han  sido  poco  valoradas y estudiadas. Este es el caso  del venado  cola blanca  de los humedales,  que como su nombre  lo indica  habita en  las  zonas  que  se  inundan periódicamente entre los estados  de Tabasco y Campeche. Esquivo por naturaleza, en la zona lo es aún  más, porque  se le ha cazado casi hasta su desaparición.

Actualmente  se  reconoce que  la abundancia de este  venado  es muy baja siendo  de menos  de un individuo por kilómetro  cuadrado, en Tabasco  la situación de  venado  de  los  humedales es  aún  más alarmante,   ya  que   solo   el  9.3%  de  la  superficie estatal    cuenta    con   condiciones  habitables  para este.   Al  respecto  es   necesario  analizar    que   en México,  el  venado   cola   blanca   no   se   considera bajo  ninguna categoría de riesgo  por  la NOM-059- SEMARNAT-2010 (norma   oficial   para   especies   en peligro),  y desgraciadamente el estado  incipiente de las  investigaciones sobre  esta  especie  no  permiten predecir tendencias poblacionales, que justifiquen un cambio en la mencionada norma.

Todo parece indicar que la abundancia del venado  no depende  estrictamente de las condiciones ambientales, sino que son las condiciones humanas las que determinan cuántos venados  hay en un lugar, ya que un estudio  reciente  en Campeche  ha demostrado que  en  ranchos  privados  la  cantidad  de  venados

es  mucho   mayor  con  respecto  a  terrenos  ejidales o comunales,  y al parecer esta  tendencia se  replica por  toda  la  región.  Además, se  ha  identificado que el venado  se beneficia  de los acahuales (vegetación secundaria  forestal)   siempre   que   mantengan una alta  cobertura. Sin embargo,  gran  cantidad de estos ecosistemas son utilizados para ganadería,  por lo que en estos sitios se da una competencia ganado-venado en la que el segundo  es el que lleva las de perder.

Más que un accesorio: collares para venados

Lo anterior ha permitido crear  nuevas expectativas positivas,  debido  a  que  investigadores de   la   Universidad    Juárez   Autónoma   de   Tabasco analizan   información con  el  fin  de  generar   mapas de abundancia a nivel regional,  y pretenden colocar collares  de telemetría  satelital  (técnica  para  el seguimiento de animales vía satélite) que contribuirán a identificar cuáles son las características ambientales y humanas que condicionan la abundancia del venado en los humedales de la región.

Aunado a esto, a partir del año 2013 el venado cola  blanca  de  los  humedales (además  de  las  otras subespecies  tropicales) fue  incluido   en  el  libro  de récords mundiales de caza deportiva del Safari  Club International. La relevancia de este  hecho  radica  en que por primera vez los venados del sureste de México tendrán la misma  importancia cinegética  (caza) que cualquier otro en el mundo.

En 2014,  la SEMARNAT publicó  una  lista  de especies  prioritarias para la conservación en México, con el fin de promover el desarrollo de proyectos para la conservación y recuperación de las especies  que en ella se incluyen, así como los lugares donde habitan, y lo notable de esto es que por primera vez se consideran a  todas  las  subespecies de  venados  cola  blanca  de México. Lo anterior, apunta a un  verdadero interés por  la conservación de esta  especie,  sin embargo,  es necesario que  se enfoquen aún  más investigaciones y recursos a conocer la situación real de este venado cola blanca de los humedales.


ºM.C.A. Fernando Marcos Contreras Moreno / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Universidad Juárez Autónoma de Tabasco