Flor de Pseudobombax ellipticum
Cañón del Sumidero, Chiapas.
El cambio climático se define como las tendencias de cambio irregular observadas en prácticamente todo el sistema climático. En muchos países de habla hispana, incluyendo México, “clima” y “estado del tiempo” se usan como sinónimos, pero no lo son. El estado del tiempo está determinado por las condiciones meteorológicas del momento, mientras que el clima es el promedio de esas condiciones durante un periodo de por lo menos tres décadas. No es normal que estos periodos, relativamente largos, presenten grandes cambios como actualmente está sucediendo; es por ello que algunos autores lo han definido como el “cambio global antropogénico”.
Situación actual
El cambio climático es el desafío más importante que hoy enfrenta la humanidad y éste permanecerá durante los próximos siglos; razón por la cual son varios los países que han declarado que vivimos un estado de emergencia climática. La escala en la que se ha impactado al sistema climático no tiene precedentes durante muchos siglos e incluso milenios. El cambio climático inducido por el hombre ha aumentado la frecuencia e intensidad de muchos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en todas las regiones del mundo.
Pero, ¿cuáles son estos fenómenos meteorológicos y climáticos? Son condiciones que se presentan naturalmente, como las lluvias, la temperatura del ambiente en un tiempo determinado, la temporada de huracanes, olas de frío o calor, sequías e incendios, entre otros. Sin embargo, el cambio climático las exacerba de manera muy importante, aumentando su frecuencia e intensidad, convirtiéndolos en eventos extremos que pueden impactar de manera muy grave a regiones, ciudades, sistemas productivos e infraestructura, y se espera que sigan aumentando progresivamente y en efecto cascada durante el presente siglo.
Bursera grandifolia, Sierra de Huautla, Morelos
México, por su ubicación geográfica y sus condiciones sociales y ambientales se ha catalogado como un país altamente vulnerable al cambio climático.
Emisiones de Dióxido de Carbono (CO2)
Las evidencias científicas demuestran que los gases de efecto invernadero (GEI), junto con los aerosoles emitidos a la atmósfera, son los causantes directos del cambio climático. Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) son el resultado de la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas), que a nivel global alcanzaron un máximo de 36.6 GtCO2 (gigatoneladas de dióxido de carbono) en 2019, seguidas de una caída extraordinaria de 1.98 GtCO2 (5.6%) en 2020 debido a la pandemia de COVID-19.
La disminución en las emisiones de CO2 fue temporal y, según estimaciones preliminares, de enero a mayo de 2021 las emisiones globales en los sectores eléctrico, industrial y residencial ya estaban al mismo nivel o más arriba que en el mismo periodo de 2019.
Sierra Norte de Puebla.
Durante el año 2019, de acuerdo con el más reciente Inventario de Gases y Compuestos de Efecto Invernadero (INEGyCEI), en México se emitieron 736.63 megatoneladas de dióxido de carbono equivalentes (MtCO2e); si contabilizamos las absorciones de ese mismo año (201.94 MtCO2), que son el resultado de la conservación y protección de nuestros ecosistemas, las emisiones netas del país fueron de 534.69 MtCO2e. Si bien, México aporta emisiones marginales de estos gases a nivel global, es uno de los países del mundo que se verán más afectados por el cambio climático.
Aumento de la temperatura
Desde el comienzo de la revolución industrial, un sostenido incremento de emisiones de gases y compuestos de efecto invernadero ha conducido a un aumento de la temperatura global (calentamiento global), ésta es la manifestación más evidente del cambio climático, y se refiere al incremento promedio de las temperaturas terrestres y marinas a nivel global. La temperatura media global para el periodo 2017-2021 se encuentra entre las más cálidas registradas, estimada entre 1.0 °C y 1.2 °C por encima de los niveles preindustriales (1850-1900).
En el año 2020, el promedio de temperatura global registró un aumento de 0.98 °C, ubicándolo como el segundo más cálido del registro histórico desde 1880, sólo por debajo de 2016. En México, la temperatura media nacional de 2020 fue de 22.4 °C, con lo cual se equiparó a los años 2017 y 2019, estos tres años se ubicaron como los más cálidos desde 1953, con 1.4 °C por arriba del promedio entre 1981 y 2010.
Aumento del nivel del mar
Por su parte, el nivel medio del mar, a nivel global, aumentó 20 centímetros entre 1900 y 2018 y a un ritmo acelerado de 3.7 mm/año de 2006 a 2018. Incluso si las emisiones se reducen para limitar el calentamiento por debajo de 2 °C, el nivel del mar probablemente aumentaría entre 0.3 y 0.6 m para 2100 y podría aumentar entre 0.3 y 3.1 m hacia el 2300. En México ya hay registros acerca de este incremento. En la región noroeste ha aumentado 4.23 mm/año; la región del pacífico, 3.28 mm/año; sin embargo, la región que se ha visto más afectada es la vertiente del Atlántico, donde se ha registrado un aumento de hasta 9.16 mm/año. Esto quiere decir que, incluso con la estabilización del clima, las estrategias de adaptación son necesarias, especialmente en costas, islas y ciudades costeras.
Ciclones tropicales
Durante la temporada de ciclones tropicales del año 2020, se formaron 30 en el océano Atlántico, lo cual representa un récord con el mayor número de ciclones tropicales formados en una temporada; en el océano Pacífico se registraron 16, manteniéndose cerca de su promedio. Los científicos señalan que estos fenómenos se están volviendo más frecuentes e intensos, lo que indica una preocupante realidad.
Derretimiento de los glaciares
¿Te imaginas que el humo de los autobuses o de los incendios forestales tenga que ver con el deshielo de los glaciares? Pues así es, el material particulado que se produce por una mala combustión o por los incendios, se denomina carbono negro y, al viajar miles de kilómetros por la atmósfera, algunos de estos residuos llegan a depositarse y adherirse en la superficie del hielo y nieve, oscureciéndola y aumentando la radiación solar absorbida, lo que altera significativamente el proceso de derretimiento de la nieve y las cubiertas de hielo.
Riesgos no climáticos
Muchos son los impactos, amenazas o riesgos relacionados con el cambio climático; sin embargo, enfrentamos otros problemas que en conjunto o sumados al cambio climático pueden ser devastadores para la humanidad; un claro ejemplo lo vivimos con la pandemia ocasionada por COVID-19, que manifestó una carga adicional para las poblaciones que ya enfrentan las amenazas climáticas. Los impactos climáticos y los riesgos no climáticos pueden interactuar y resultar más desafiantes, riesgosos y catastróficos, poniendo en un riesgo particular a las poblaciones más vulnerables.
La contaminación del aire es otra amenaza que acecha a las poblaciones, ecosistemas y sistemas productivos que, sumado al cambio climático, se evidencia como una de las mayores amenazas para la salud humana. Abordar la contaminación del aire contribuirá a la lucha mundial contra el cambio climático, y debe ser una parte clave de la recuperación mundial, según lo prescrito por el Manifiesto de la OMS para una recuperación saludable del COVID-19.
¿Qué opciones tenemos?
Vivimos en una era de cambio global ocasionada por las actividades humanas; debemos prever y mitigar estos cambios y adaptarnos a ellos. El cambio climático plantea serios problemas de justicia intergeneracional: al utilizar los recursos del planeta para beneficio propio, las consecuencias más terribles las vivirán generaciones futuras y no hay plazo para la creciente necesidad de adaptarse a dicho cambio.
Ante esto, se requiere preparación para disminuir la vulnerabilidad de las poblaciones, incluyendo el desarrollo de nuevas tecnologías. Desde lo individual, lo que podemos realizar de manera inmediata deben estar encaminadas a la adaptación y mitigación del cambio climático: proteger nuestros ecosistemas, reducir nuestros residuos, elegir una dieta con menos carne, consumir productos locales, ahorrar y eficientizar la energía y reeducarnos, son algunos de los cambios para generar una nueva cultura climática.
Atender la emergencia ambiental y climática que vivimos supone una recuperación verde ante la pandemia que nos impactó recientemente. Por nuestra parte, como ciudadanos, lo mínimo que podemos hacer es informarnos, repensar cómo nos relacionamos con nuestro entorno y qué productos consumimos, y asegurarnos que en cada una de nuestras decisiones siempre prevalezca el bienestar ambiental y el bienestar humano.
Mtro. Jorge Iván Sigala Rodríguez | Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Subdirector de Análisis e Integración de Información Técnico-Científica | Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC)