El corazón es un órgano que trabaja mediante electricidad y cambios de presión. Sus 4 compartimentos conocidos como aurículas y ventrículos se llenan y vacían de sangre de acuerdo a las leyes de Física que rigen la presión, el volumen y el flujo. Un instante previo a la apertura de las válvulas aurículo-ventriculares, un impulso eléctrico que se genera sobre la aurícula derecha viaja a través del tejido cardiaco hasta los ventrículos, proporcionando la contracción suficiente para que la sangre contenida llegue a todos los vasos de cuerpo humano.
El tejido de este marcapasos natural se forma por células cuyo umbral de excitación es muy bajo, esto es que dispararán “a la menor provocación”. El ciclo completo se repite cerca de setenta veces por minuto, a esta variable se le conoce como frecuencia cardiaca. Cuando el marcapasos natural del corazón falla, es necesario colocar un dispositivo eléctrico que sustituya esta función. Sin embargo, la colocación de un marcapasos artificial puede desencadenar graves complicaciones, como infecciones o la ruptura del dispositivo dentro del cuerpo. Además, no todos los pacientes son candidatos a utilizarlo.
Los investigadores Yu-Feng Hu y James Frederick Dawkins del Instituto Cedars-Sinai del corazón en Los Ángeles, California, Estados Unidos, lograron convertir células del músculo cardiaco en células marcapasos mediante un método de manipulación genética llamado reprogramación somática, la cual permite generar una célula específica a partir de otra diferente cambiando la “programación” contenida en su ADN. En este trabajo, se generaron células marcapaso a partir de cardiomiocitos.
Las células musculares se colocaron con una jeringa de aguja muy larga guiada por un tomógrafo, en el sitio donde ejercerían su función como marcapaso en 12 cerdos con bloqueo de conducción eléctrica del corazón. Después de 14 días, los cerdos con las células modificadas presentaron un aumento en la activación autonómica de las nuevas células en comparación a la actividad de las células que sólo contenían proteína verde fluorescente del grupo control. Ningún animal tuvo complicaciones debido al procedimiento de colocación.
Se busca en un futuro que esta terapia puedan utilizarla personas que no son candidatas a recibir un marcapasos eléctrico y disminuyan los riesgos que conlleva su colocación.
º M. Adriana Pliego Carrillo / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Universidad Autónoma del Estado de México