Revista de Divulgación Científico-Tecnológica del Gobierno del Estado de Morelos

Mangles: adaptados para vivir entre la tierra y el mar

 

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Figura 1. Bosque de mangle rojo (R. mangle) en la laguna de La Mancha, Veracruz. Foto: Alejandro Corona.

Los mangles son árboles adaptados a vivir en áreas donde la tierra y el agua salina confluyen, como los esteros o las lagunas que conectan al mar. Al vivir en la costa, estos árboles tienen el reto de tolerar la marea, la salinidad del agua y del suelo, y la baja cantidad de oxígeno en las raíces cuando hay periodos largos de inundación. En el mundo existen alrededor de 52 especies de mangle, aunque en México sólo se han registrado 6: mangle negro, rojo, blanco, botoncillo, salado y caballero. A pesar de que existen pocas especies en nuestro país, estos árboles conforman bosques de manglar que albergan una gran biodiversidad. Además, son muy importantes para la economía, ya que proveen de alimento, madera y son una protección contra huracanes e inundaciones.

¿Cómo están adaptados los mangles al ambiente costero?


Una adaptación es una característica morfológica (de forma), fisiológica (de función) o de comportamiento, desarrollada en la evolución de un organismo; las adaptaciones de un mangle se distinguen en la forma y función de sus raíces y hojas, así como en sus estrategias reproductivas.


La entrada del agua de mar puede elevar la salinidad del suelo, lo que presenta un problema para las plantas. El exceso de sal impide que el agua sea absorbida eficientemente a través de sus raíces, provocándoles deshidratación, y en caso de ser absorbidas, las sales pueden ser tóxicas; sin embargo, los manglares tienen varias formas de tolerar altas concentraciones de sal, llegando a soportar niveles similares o mayores a los del agua del mar, que tiene en promedio 35 gramos de sal por litro.


Los mangles negro y blanco secretan sales mediante unas glándulas especiales que se encuentran en sus hojas; en el primero, incluso, se pueden observar los granos de sal formados en su superficie (figura 2). El mangle rojo es capaz de “filtrar” la sal del agua mediante sus raíces, evitando que entre a su organismo. Otras especies se deshacen de la sal acumulándola en sus hojas viejas o amarillas, que después mueren y se desprenden de las ramas.

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Figura 2. Hoja de mangle negro (A. germinans) con granos de sal en su superficie. Foto: Alejandro Corona.


Al igual que otros seres vivos, las plantas también necesitan respirar oxígeno; sin embargo, en el suelo de un manglar normalmente hay poco, debido a la inundación. Por ello, el mangle negro, por ejemplo, desarrolla unas estructuras llamadas neumatóforos, que crecen en las raíces en forma vertical; éstas emergen del suelo y superan el nivel del agua para poder respirar. Justo como cuando vamos a nadar y usamos un esnórquel para poder respirar debajo del agua (figura 3).

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Figura 3. Neumatóforos de mangle negro (A. germinans) en Tampamachoco, Veracruz. Foto: Alejandro Corona.


El mangle rojo desarrolla unas raíces que crecen desde su tronco o ramas, y se extienden hasta el suelo. A estas raíces se les conoce como zancos y le dan su forma tan característica a esta especie. Este tipo de raíces, que crece por encima del suelo tiene unos orificios muy pequeños en su superficie llamados lenticelas, que dejan entrar el aire y permiten que se difunda a través del tejido esponjoso de la raíz (figura 4).
Los cambios en la marea y el flujo del agua son muy importantes para la reproducción de los mangles, por ello, muchas especies son vivíparas, es decir, producen semillas que germinan antes de separarse de la planta madre; la pequeña planta crece aún adherida a su madre para luego caer al agua en donde es transportada por la corriente hasta alcanzar un sitio adecuado; esta estrategia le da una mayor posibilidad de sobrevivir, pues mientras más grandes sean las plántulas, mayor es su posibilidad de anclarse al suelo, crecer por encima del nivel de agua sin ahogarse y competir con otras plantas que crecen a su alrededor. Todas estas adaptaciones les han dado a los mangles una gran ventaja para dominar las costas tropicales y vivir entre la tierra y el mar.

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Figura 4. Raíces de mangle rojo (R. mangle) con lenticelas que permiten la entrada de aire. Foto: Alejandro Corona.


M. en C. Alejandro Corona Salto / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Instituto de Ecología, A. C.; Xalapa, Veracruz