Doctor Jesús Manuel Araiza Martínez: Entre la ética y la felicidad.
Texto y Fotos: Mtra. Silvia Patricia Pérez Sabino / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Concepción del Oro, viene del latín concebire, encontrar; y de aurus, oro; y significa “Lugar donde se encuentra el oro”, por ello es conocida actualmente como “La ciudad del metal dorado”. Pertenece al municipio de Concepción del Oro en Zacatecas, a unos 100 Km. de Saltillo, Coahuila.
Ha sido cuna de poetas, escritores y revolucionarios como Luis de la Fuente García, Antonio Valdez Carvajal, Héctor Cárdenas Linares y el Coronel Benito Zepeda, quien combatió al lado de Francisco Villa.
En este lugar minero también nació nuestro entrevistado, el Dr. Jesús Manuel Araiza Martínez, sus padres y 10 hermanos.
Reside en Cuernavaca, Morelos desde hace 3 años después de elegir al Centro de Investigación y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos, como su casa de estudios; en la cual inició como Profesor-Investigador de tiempo completo y del cual actualmente es el Director General.
A sus 14 años emigró de su pueblo natal, como él lo llama, hacia la ciudad de México, ingresó al Colegio de Ciencias y Humanidades plantel Sur de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde realizó sus estudios en humanidades.
Posteriormente, estudió Ciencias Políticas en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la misma Institución. Después ingresó al Colegio de Letras Clásicas a estudiar griego para interpretar los textos de Aristóteles en su lengua original y, consecutivamente el latín, antes de comenzar sus estudios de Maestría en la misma Universidad; permaneciendo en la ciudad de México más de 15 años antes de su salida a Alemania.
“La Ciencia Política, en realidad fue el camino para el estudio de la filosofía política. Mi línea de investigación desde un principio fue la ética, especialmente la ética antigua aristotélica”, señala nuestro entrevistado quien anecdóticamente nos comparte que desde su infancia, sus padres le comentan que; aún antes de hablar, cuestionaba todo, se preguntaba qué era cada cosa, haciendo con señas y sonidos una serie interminable de preguntas; lo cual relaciona actualmente con el término “filosofar”, pues filosofar significa investigar, buscar respuesta a preguntas que nos formulamos desde que nacemos. Por eso se puede afirmar que todos los seres humanos filosofamos, porque todos queremos saber algo sobre nuestro entorno. Con razón dice el filosofo Aristóteles al inicio de su tratado de Metafísica “Pántes ánthropoi tou eidenai orégontai phýsei” que significa “Todos los seres humanos apetecen por naturaleza el saber” y esto se da en todas las fases de nuestra vida, pero hay algunos que nos ocupamos más, por encontrar respuestas profundas, por ejemplo ¿De dónde venimos? ¿Cuál es el papel en esta vida? ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué queremos legar después de muertos? Y nos ocupamos mucho de los porqués de todas las cosas.
Por eso lo capturó la ética, preguntándose ¿Cual es el sentido de la vida? ¿Para qué estamos aquí y cómo podemos aprovechar al máximo nuestra propia existencia? Y la respuesta es la felicidad, la pregunta central de toda la ética y de toda la política antigua, radica precisamente en la felicidad ¿cómo se alcanza? Y en esto se ha ocupado durante muchos años.
En palabras del Dr. Jesús Manuel Araiza Martínez, estudia a Aristóteles desde hace 25 años aproximadamente, porque es la síntesis de todas las escuelas filosóficas anteriores, de todos los planteamientos y reflexiones filosóficas que le han precedido. La peculiaridad de su pensamiento radica en que no solamente expone lo que se ha dicho sobre cada uno de los temas, sino que, además, añade lo que no se ha dicho o lo que se ha dicho mal y porque da los fundamentos y los porqués, así como las razones. De modo que su filosofía nos dice en cada área del conocimiento, ética, política, retórica, metafísica, física, en el tratado de psicología, en todas las esferas del saber nos expone el estado del arte, es decir, quién, hasta dónde ha dicho tal o cual cosa y qué ha dicho correcta o incorrectamente y a partir de ahí qué es lo que él mismo tiene que añadir, esa es la riqueza de su filosofía y el legado de su pensamiento.
Ira, deseo, ambición: ¿Qué aportaciones nos brindan éstos estudios filosóficos en la actualidad?
“Para la vida práctica o para la vida política. La riqueza de la filosofía práctica precisamente reside en que nos da herramientas del conocimiento para que sean usadas. El saber es contemplativo o práctico. El contemplativo no tiene otra función más que el contemplar y, es el saber por el saber; por ejemplo cuando nos preguntamos, ¿Qué es un eclipse? ¿Por qué se produce un eclipse? ¿Para qué queremos saber esto?, solamente porque nos maravilla saberlo. Por ejemplo, el eclipse es la interposición de la Luna entre la Tierra y el Sol, por eso se produce el eclipse de Sol, esa es la respuesta y eso lo descubrimos observando. Ahora bien, hay otra clase de saber, que es el conocimiento práctico, ya no el teorético o el contemplativo. Este saber práctico tiene dos aspectos, es la posesión y el uso del conocimiento y la finalidad no es la posesión, sino el uso. Por ejemplo, si hablamos de justicia, investigamos qué cosa es la justicia. No lo hacemos para saber qué es la justica, sino para que nosotros mismos seamos justos.
Ese es el sentido del conocimiento práctico y eso es lo que ofrece la filosofía práctica. Pues, cuando hablamos y discutimos sobre temas como la justicia, como las excelencias éticas y todo lo demás de lo que conviene que se apertreche un político o un ciudadano como nosotros, lo hacemos con la finalidad de que ese conocimiento se realice en los hechos prácticos; de modo que, como digo a mis alumnos, si vamos a entrar en el estudio del comportamiento humano de la ética, de los vicios o de las excelencias, de las afecciones o pasiones, como la ira, el deseo, la ambición, la codicia o el miedo, si vamos a considerar la naturaleza de estos temas de las afecciones y del modo en que nos comportamos en relación con ellas, será no para que sepamos solamente qué es ser cobarde, ser temerario o ser valiente, ser templado, intemperante y sensible; ser continente o incontinente; ser apacible, irascible o insensible de ira. No solamente para saberlo, sino para que sepamos cuál es nuestra relación y nuestro comportamiento con respecto a esas afecciones, para que seamos capaces de pasar de un estado habitual peor a una disposición habitual que sea mejor”, señala el Dr. Araiza Martínez.
Permaneció en Alemania durante 5 años y medio con una beca del Intercambio Cultural Alemán-Latinoamericano, auspiciado por la iglesia católica alemana en la Universidad de Tübingen; el resultado fue el libro “Die aristotelischen Ethika megala: eine philosophische Interpretation”, que significa “La aristotélica Ética Magna: una interpretación filosófica” que en realidad es una explicación de la naturaleza del tratado de étíca de Aristóteles. Además, ha sido autor de una serie de publicaciones, que en su mayoría le han sido editadas en el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM en el Centro de Estudios Clásicos.
Su esfuerzo se centra en hacer asequible el conocimiento de Aristóteles, siendo ésta una tarea que se propuso hace muchos años y que ahora le permite dialogar con colegas de Alemania, de Chile, de Argentina, ya situado, pues, en una latitud de entendimiento muy especializado sobre este gran filósofo.
Ahora como Director General del CIDHEM desde 2011, está trabajando en la creación de colegios, de modo que se puedan integrar investigadores de tiempo completo. Va hacia la consolidación de lo que el Director fundador del CIDHEM, el Dr. Ricardo Guerra Tejada tenía en mente; que era la conformación de un Colegio de Morelos integrado por áreas de Ciencias Políticas, de Filosofía y de Historia, aspirando con ello al ingreso al Programa Nacional de Posgrado de Calidad del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.