Revista de Divulgación Científico-Tecnológica del Gobierno del Estado de Morelos

Revista No. 66

No. 66 Enero - Abril 2021

La Revista Hypatia cumple sus primeros 20 años, motivo de enorme orgullo y satisfacción de los equipos de trabajo que han impulsado ininterrumpidamente su edición a lo largo de estas dos décadas. El mundo que habita la humanidad en el 2021 es diferente al de inicios de siglo. No necesariamente para mejor. Es cierto que nos habíamos puesto objetivos muy claros para establecer un tipo de desarrollo en el mundo que satisficiera las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones; es decir, garantizando un equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció −para el periodo 2015-2030− la senda planetaria por medio de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), después de definir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Los ODM se enfocaron en mitigar la pobreza extrema y el hambre y los ODS presentaron un programa ambicioso de sostenibilidad ambiental del planeta, al buscar detener y mitigar los peligros del cambio climático inducido por las actividades de nuestra propia especie.

Dos décadas después, la humanidad aún no entrega las cuentas correctas para asegurar que vamos en la dirección establecida. La ciencia desempeñó un papel clave para que los gobiernos del mundo abrazaran un marco de desarrollo sostenible. El Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) estableció los límites planetarios que debemos alcanzar para que logremos las condiciones de desarrollo sostenible. António Guterres, Secretario General de la ONU dijo en 2018: “se necesitan cambios de gran alcance y sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad para limitar el calentamiento global a 1.5 °C en lugar de 2 °C, como se establece en el Acuerdo de París, una medida que evitaría una serie de graves impactos del cambio climático. […] Se debe hacer lo que exige la ciencia, antes de que sea demasiado tarde”. El cambio climático se ha erigido como uno de los mayores riesgos para la vida de todas las especies de nuestro planeta, incluyendo a la humanidad y éste podría alcanzar un punto de no retorno. Se teme que las temperaturas oscilen con mayor intensidad –pero de manera desigual– a lo largo del planeta, y que persistentemente aumenten. Asimismo, el patrón e intensidad de las lluvias cambiará. Se estima que las sequías y las olas de calor (periodos de calor anormal que dura de días a semanas) en México serán más intensas y las olas de frío, más agudas en algunas regiones del país. Es posible que nuevas pandemias golpeen a la humanidad; incluso hay quien anticipa que alguna próxima provocará el fallecimiento de cientos de millones de seres humanos.

Durante estos veinte años, hemos experimentado dos graves crisis económicas de alcance global. La más reciente (“el Gran Confinamiento”), se originó, precisamente, a partir de una pandemia viral zootécnica que rápidamente se esparció por el globo. La producción económica se detuvo para salvaguardar la salud de las personas. Aun así, el número de fallecidos ha superado los dos millones y sus efectos perniciosos han sido desiguales debido a que golpeó especialmente a la mujer en los mercados laborales y en los hogares, en los cuales la violencia doméstica aumentó drásticamente. La otra crisis que hemos vivido es “la Gran Recesión” (2007-2008), ésta sacudió los cimientos del sistema financiero de Estados Unidos y repercutió en los mercados de todo el mundo, especialmente en las sociedades más desarrolladas.

A pesar de todo, la ciencia ha ofrecido prodigiosos avances en diferentes campos del conocimiento en el transcurso del siglo XXI. Mencionaré a continuación algunos de los más sobresalientes, aunque este repaso no pretende ser de ninguna manera exhaustivo.

En cosmología se corroboró una predicción teórica fundamental de Albert Einstein: la existencia de las ondas gravitacionales. Los científicos detectaron así –por vez primera– el “sonido” de la colisión de dos agujeros negros supermasivos, situados a unos 3 mil millones de años luz de distancia. Una nueva manera de observar y entender el universo se ha abierto a la humanidad, ya que el cosmos está “repleto” de ondas gravitacionales.

En física de partículas, la Organización Europea para la Investigación Nuclear, comúnmente conocida por la sigla CERN (con sede en Ginebra, Suiza) confirmó el hallazgo del Bosón de Higgs (o partícula de Higgs), una partícula elemental propuesta en el Modelo Estándar de Física de Partículas para explicar el origen de la masa de las partículas elementales.

La genética ofreció a principios de siglo (2003) la secuencia completa del genoma humano. Era la culminación del Proyecto Genoma Humano, que se había creado en 1990 para tal objetivo. Uno de los logros científicos más influyentes para el desarrollo de las terapias genéticas. Los avances en este campo son extensos. Se estima que los seres humanos tenemos aproximadamente veinte mil genes codificadores de proteínas, que representan, aproximadamente, 1.5% del ADN en el genoma. El relativamente reciente proyecto Encyclopedia of DNA Elements (ENCODE), busca determinar la función del resto de componentes del genoma, usualmente considerados “basura” y que, al parecer, no lo son.

Por otra parte, los hallazgos de las dos primeras décadas acerca del árbol genealógico de la humanidad han mostrado que éste es mucho más complejo de lo que se pensaba. La evolución humana no ha sido un proceso lineal. Dista mucho de ello. Hasta tiempos muy recientes, diferentes especies homininas coexistieron, convivieron y se reprodujeron entre sí. Este árbol se ha escrito, revisado, reescrito y vuelto a escribir en las últimas décadas. La ciencia genética, por el momento, ha permitido seguir el curso de las migraciones de nuestra especie y establece que todos los seres humanos actuales descendemos de los Homo Sapiens que vivían en África hace aproximadamente 100 mil años.

La ciencia ha mostrado ofrecer respuesta a muchas de las interrogantes más importantes que tenemos como especie. Aún quedan muchas, desde luego, y muy profundas. Hay mucho trabajo por hacer. Esperamos que la revista cumpla otros 20, 40 o más años y que la ciencia disfrute de mayores y crecientes apoyos, en beneficio de quienes compartimos este planeta “azul pálido”. Y no me refiero sólo a los seres humanos.

 


Mtro. José Francisco Pulido Macías
Editor responsable