Dr. Vicente Díaz Balderas, fitopatólogo de corazón.
“Sí la vida me diera el derecho de volver a nacer, volvería a ser lo que soy”
Betty Muñiz Estrada
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La caza, la pesca y la recolección de frutos silvestres eran la forma de subsistencia de nuestros antepasados, sus habilidades les ayudó a domesticar animales y a cultivar algunos cereales, de esta manera se formaron los principios de la agricultura. Con el paso del tiempo, se amplió el número de especies cultivadas, se seleccionaron variedades adaptadas a las condiciones locales y a los usos y costumbres de la zona, asimismo, se mejoraron las técnicas de cultivo y se crearon herramientas y productos.
Desde el momento que los primeros agricultores comenzaron a cultivar plantas, tuvieron la preocupación de reducir las pérdidas agrícolas ocasionadas por las enfermedades de los cultivos, primero se pensó que se debían a fuerzas sobrenaturales, no obstante, de la mano de la ciencia llegó la razón y con ella los fitopatólogos, expertos en el diagnóstico y control de las enfermedades de las plantas.
Egresado de la Escuela Evolución del profesor Agustín Güemes Celis, cuna de grandes morelenses y de gran valentía, surge el Dr. Vicente Díaz Balderas, ejemplo inequívoco de un fitopatólogo de corazón. Actualmente es catedrático en la Facultad de Biología de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), donde imparte las materias de virología general, inmunología médica y microbiología con el mismo entusiasmo de aquel estudiante con múltiples preguntas que ahora transformado en un experto en la materia intenta ser un semillero de futuras promesas de la biología.
Para muchos, el Premio Nobel es el sueño de su vida, en 1979 el Dr. Sheldon Lee Glashow recibió esta distinción en el área de Física por sus estudios que contribuyeron a una mejor comprensión de la evolución del Universo a partir del llamado Big Bang, ocurrido hace unos 15 mil millones de años, para el Dr. Díaz Balderas su desarrollo es muestra de la trayectoria digna de un excelente profesionista, un buen padre y un gran ser humano. Un día su madre le dijo, “te has ganado el respeto de los hombres y el cariño de los niños y jóvenes, misión cumplida” y el nos dice con mucho orgullo, “Sí la vida me diera el derecho de volver a nacer, volvería a ser lo que soy”.
En 1975, se incorpora a la Comisión Nacional de Fruticultura (CONAFRUT), en un plazo de 5 años es invitado por Instituto Nacional de Investigaciones agrícolas (INIA) y más adelante es nombrado líder del grupo de fruticultura del Centro de Investigaciones Agrícolas del Golfo Centro (CIAGOT), organismos donde tiene a su cargo los principales campos en Papantla, Papaloapan, Xalapa, El Palmar y Tierra Blanca en Veracruz y Loma Bonita en Oaxaca. En 1981, inició con su trabajo como investigador agrícola en el Estado de Morelos, sueño hecho realidad en su larga lista de éxitos profesionales.
En 1995 es llamado por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP-Campo Experimental de Zacatepec) para iniciar y concluir su doctorado en ciencias con la tesis “Etiología del chino del jitomate (L. esculentum Mills. y evaluación de resistencia a virosis de materiales avanzados a virosis”.
Su orientación por las investigaciones agrícolas y su pasión por su carrera, lo llevaron a trabajar con empeño y dedicación durante 32 años, de los cuales, la mayor parte utilizó para compartir su experiencia a través de la asesoría de 30 tesis, 28 de ellas de licenciatura de la Facultad de Biología, la Universidad La Salle, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Metropolitana, la Escuela de posgraduados (Chapingo, México), además de dos de Maestría en Ciencias y una en Doctorado como asesor externo.
Igualmente importantes son las conferencias magistrales que ha impartido sobre micología, bacteriología y toxicología. Sin mencionar, los viajes que realizó por Japón en un periodo de 6 meses y donde tomó el curso internacional de control de plagas y enfermedades del arroz; su estancia en Colombia en el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) durante 3 meses y en Brasil donde fue invitado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO-UNESCO) para permanecer en el equipo de investigación de EMBRAPA (Empresa Brasileira de Pesquisa Agropecuaria).
Entre, sus colaboraciones principales se encuentran: Autor del segundo libro técnico en el Estado de Morelos titulado “Etiología y control del chino del jitomate “ y como parte de sus folletos técnicos están: “Principales enfermedades de cultivo de Sorgo “ y “Principales enfermedades del jitomate en temporal”, ”Control de la escoba de bruja del mango”, “Problemas Fitopatológicos del cacahuate y entre otros. Asimismo, más de 150 trabajos publicados a nivel nacional e internacional. Finalizando su vida profesional agrícola en el 2003, tras el reconocimiento institucional no con ello su amor por su profesión.
Morelos no solo se enorgullece por tener un clima cálido, ni por contar con Cuernavaca como la ciudad de la eterna primavera, sino que el esfuerzo y ahínco de personajes como Vicente Díaz Balderas llevan más allá de sus fronteras investigaciones que buscan mejorar la producción agrícola en beneficio de México y el mundo.