Este 18 de marzo, en el marco de la sesión temática FT2.04: "Modelos de visión compartidos", el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) presentará los detalles del proyecto Modelación matemática en la construcción de consensos para la gestión integrada del agua en la cuenca Lerma-Chapala, una acción local que muestra cómo, mediante la aplicación de herramientas matemáticas y modelos de simulación, se pudieron generar los consensos necesarios para establecer acuerdos de distribución del agua entre los cinco estados que comparten dicha cuenca, una de las más importantes de México, tanto por la superficie que cubre como por la diversidad de actividades productivas que en ella se desarrollan.
A través del doctor Francisco Javier Aparicio Mijares, coordinador de Tecnología Hidrológica de esta institución, y uno de sus expertos de mayor reconocimiento internacional, el IMTA compartirá los resultados de este proyecto.
Se trata de un sistema experto que incluye un modelo matemático de simulación que reproduce el comportamiento de la cuenca a través de diversas variables hidrológicas, económicas y ambientales, así como un modelo complementario de optimización, que proporciona soluciones óptimas para diversos escenarios climáticos, socioeconómicos y de uso del agua.
Con el fin de reestablecer el equilibrio de la cuenca y la recuperación del lago de Chapala, dichos modelos permitieron la construcción de consensos entre los diversos usuarios del agua y las autoridades federales y estatales que comparten la cuenca, que se tradujeron en un nuevo acuerdo de distribución para el uso sustentable del recurso entre el Estado de México, Querétaro, Guanajuato, Michoacán y Jalisco.
En el caso de la cuenca Lerma-Chapala, el IMTA logró conjugar de forma adecuada la capacidad de desarrollo y operación de modelos matemáticos de alta complejidad, con su papel como facilitador técnico en los trabajos del Grupo de Ordenamiento y Distribución del Consejo de Cuenca Lerma-Chapala.
El acuerdo de distribución es ahora operativo e incluye una referencia explícita a los modelos de simulación y optimización, que constituyen herramientas para la toma de decisiones. Esta experiencia ha demostrado que el conocimiento científico y tecnológico genera confianza y certidumbre entre los usuarios de la cuenca y es un componente esencial para aplicar los principios de manejo integrado de los recursos hídricos.