Revista de Divulgación Científico-Tecnológica del Gobierno del Estado de Morelos

Uso de cubiertas comestibles a base de quitosano y cera de abeja en jitomate

M. en C. Margarita de Lorena Ramos García / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Dra. Silvia Bautista Baños / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Centro de Desarrollo de Productos Bióticos del Instituto Politécnico Nacional

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Centro de Desarrollo de Productos Bióticos del Instituto Politécnico Nacional

Archivo: Biotecnología

En los últimos tiempos ha aumentado la demanda por el consumo de vegetales frescos, entre las que se encuentra el jitomate. A pesar de las medidas preventivas con las que se cuenta en este cultivo, se puede llegar a contaminar con bacterias patógenas, esto genera serios problemas en la salud pública y en el caso de los productos de exportación, rechazos que dañan severamente la economía de las empresas. Escherichia coli es una bacteria patógena que forma parte de la familia Enterobacteriaceae, y está integrada por bacilos Gram-negativos móviles, aerobios o anaerobios facultativos capaces de crecer en casi cualquier superficie. Es un organismo de rápido crecimiento y una amplia distribución, puede aparecer durante el desarrollo de las plantas de jitomate, por contacto con estiércol (heces de humanos u otros animales), por regar con agua contaminada, por insectos, en la cosecha, durante su manejo postcoseha y transporte del fruto.
          El Centro de control de enfermedades estima que cada año se enferman cerca de 76 millones de personas en Estados Unidos por consumir alimentos contaminados con bacterias patógenas, 325 mil son hospitalizadas y 5 mil mueren. Asimismo, se estima que el 12 % de estas enfermedades están relacionadas con el consumo de frutas y vegetales frescos. Para contrarrestar la aparición de estas bacterias, se han evaluado una gama de sanitizantes tales como, hipoclorito de sodio, agua electrolizada e hipoclorito de sodio acidificado y se han obtenido resultados prometedores, sin embargo, estos productos no protegen a los productos de futuras infecciones.
          Las cubiertas comestibles son una tecnología que no solo permite extender la vida útil de los productos hortofrutícolas reduciendo sus procesos metabólicos vitales, sino que además brinda una mejor apariencia al producto y puede servir como vehículo para compuestos antibacterianos como el quitosano y la cera de abeja.
          El quitosano y la cera de abeja son compuestos que presentan características multifuncionales, por lo que podrían ser una alternativa viable para sustituir los métodos de control tradicionales. El quitosano es un polisacárido que se obtiene del exoesqueleto de crustáceos mediante la desacetilación parcial de la quitina, su actividad bactericida es causada por la interacción de las fuerzas electrostáticas entre su grupo amino protonado y los residuos negativos de los componentes fosfolipídicos pertenecientes a la membrana celular de las bacterias. Además de esta característica antibacterial, el quitosano presenta propiedades de barrera a los gases (O2 y CO2), buena elasticidad y adherencia, lo cual permite que la cubierta se adhiera por un tiempo prolongado al fruto. Por otro lado, la cera de abeja se utiliza principalmente en la industria cosmética y farmacéutica para la elaboración de cremas, debido a sus propiedades antibacterianas. La mayor parte de la información acerca de los efectos bactericidas de la cera de abeja se enfoca principalmente en el propóleo (el cual es una mezcla de cera de abeja y resinas). Varios estudios han demostrado que el propóleo ejerce una actividad antibacteriana contra un amplio rango de bacterias Gram + y Gram – y esto puede deberse al alto contenido de flavonoides que lo contienen. Nuestra reciente investigación llevada a cabo en el Centro de Desarrollo de Productos Bióticos –IPN en colaboración con la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, ha demostrado que tanto de manera in vitro como in situ, se observó un efecto inhibitorio de la bacteria hasta de un 100% al utilizar el quitosano y la cera de abeja en las cubiertas.
          Cuando se buscan métodos de control contra microorganismos problema en productos hortofrutícola, se pretende que sean amigables con el medio ambiente, es por eso la importancia de utilizar cubiertas de origen natural para reducir el uso de agroquímicos y alargar la vida de anaquel del jitomate.


Semblanza


Margarita de Lorena Ramos García es ingeniera agrónoma egresada de la Universidad Autónoma de Morelos. Es estudiante del Doctorado en Ciencias en Desarrollo de Productos Bióticos del CEPROBI-IPN. Ha trabajado con el desarrollo y la aplicación de cubiertas comestibles en hortalizas y la evaluación de extractos y compuestos naturales para controlar enfermedades postcosecha en flores, frutas y hortalizas.


Semblanza


Silvia Bautista Baños (PhD) es profesora-investigadora del CEPROBI-IPN. Ingeniera Agrónoma egresada de la Universidad Autónoma Metropolitana. Obtuvo su doctorado en Massey University. Especialista en Fitopatología Postcosecha de Productos Hortofrutícolas. Ha trabajado en temas relacionados con la aplicación de compuestos naturales en el control de microorganismos postcosecha.

 


Semblanza


Elsa Bosquez Molina es profesora-investigadora de la UAM-IZTAPALAPA. Ingeniera Bioquímica egresada del Instituto Politécnico Nacional. Obtuvo su doctorado en la Universidad Autónoma Metropolitana. Especialista en Fisiología y Tecnología Postcosecha (fresco y procesado) de Productos Vegetales. Ha trabajado en el desarrollo y caracterización de películas comestibles para la conservación de alimentos.