Las primeras evidencias de interacción entre las plantas con flor o angiospermas con sus polinizadores se sitúan posterior al periodo Cretácico (50 millones de años) con su herbívoros desde el periodo Carbonífero (320 millones de años).
De manera sorprendente, a través de registros fósiles de hace más de 400 millones de años, se ha mostrado que las plantas han mantenido una asociación menos notable, pero más antigua, con hongos endófitos.
Los hongos endófitos son aquellos microorganismos que han pasado la mayor parte o todo su ciclo de vida colonizando los tejidos de la planta hospedera. La evidencia generalizada sugiere que la gran mayoría de las plantas terrestres que albergan una o más especies de endófitos, suelen mostrar una serie de beneficios que no tienen las plantas carentes de ellos.
Esta interacción se asocia al incremento en la producción de hormonas vegetales involucradas en el crecimiento de las plantas y su desarrollo, mejorando la respuesta del sistema inmune de la planta, incrementando la capacidad de resistencia a ataques de herbívoros y patógenos, además del aumentar la superficie destinada a la absorción de nutrientes. Los hongos endófitos también ofrecen nutrientes limitantes del crecimiento de las plantas.
En el amplio mundo de la diversidad botánica, existe debate entre los biólogos sobre el hecho de que las plantas carnívoras pudieran mantener, e incluso favorecerse de la interacción con hongos endófitos. Por el contrario, se ha llegado a pensar que este tipo de plantas no podrían desarrollar este tipo de asociaciones, debido a su modo de obtención de nutrientes, derivado de las presas capturadas, y al limitado desarrollo de sus raíces.
Sin lugar a duda las plantas carnívoras son reconocidas por las modificaciones en sus hojas que les confieren la capacidad de capturar y asimilar presas. Estas adaptaciones les permiten utilizarlas como una fuente alternativa de recursos y colonizar sitios pobres en nutrientes.
Desde los primeros trabajos realizados por Darwin, que mostraron el efecto positivo de la adición de presas en el crecimiento de las plantas carnívoras, la temática de los estudios desarrollados en estas plantas se ha ido expandiendo abarcando otras interacciones, como aquellas con sus polinizadores o con sus herbívoros y con hongos endófitos (Fig. 1).
En general, se han documentado efectos positivos de las interacciones con los primeros y negativos con los segundos, sobre el desempeño de las plantas carnívoras. No obstante, el estudio de los endófitos presenta interrogantes interesantes: ¿Están presentes en todos los linajes en donde ha evolucionado el hábito carnívoro? ¿Existe especificidad de hongos prefiriendo algunos linajes de plantas carnívoras en particular? ¿Se encuentran tanto en las rosetas de crecimiento (verano) como en las de resistencia (invierno)? ¿Existe variación geográfica en la composición de endófitos asociada a variables ambientales?
Evidencia reciente muestra la presencia de hongos endófitos en especies de plantas carnívoras, como Drosera rotundifolia. Durante el comienzo de la temporada de crecimiento cuando los carbohidratos derivados de la fotosíntesis se ven limitados y las presas se tornan escasas, sus raíces son colonizadas por el hongo endófito Trichoderma viride, el cual aparentemente está involucrado en la obtención de nutrientes a partir del suelo y de suprimir la colonización por otras especies de hongos endófitos (Fig. 2).
Tomando en cuenta que los estudios realizados en plantas carnívoras se han enfatizado en las interacciones planta-presa, planta-herbívoro y planta-polinizador, como principales interacciones, el papel potencial de los hongos endófitos en las plantas carnívoras se ha ignorado en gran medida, a pesar de su ubicuidad y de las implicaciones ecológicas y evolutivas que pudiera tener.
La investigaciones recientes sugieren que las interacciones plantas carnívoras-endófitos, no solo pueden moldear la evolución del hábito carnívoro, sino que además pueden incidir en la estructuración de las comunidades de plantas dado que la colonización por dichos microorganismos puede estar influenciada por la competencia, distribución y en la absorción de los nutrientes del suelo.
El hecho de que los endófitos puedan ejercer un efecto significativo sobre la estructura de las comunidades de plantas en general y en particular sobre la ecología y evolución de las plantas carnívoras, hace necesario el desarrollo de estudios que permitan conocer la diversidad de endófitos fúngicos presentes en las plantas carnívoras y su posible implicación en su ecología.
Biol. Jesús E. Rueda Almazán / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Dr. Raúl E. Alcalá Martínez / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Centro de Investigación en Biodiversidad y Conservación de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.