Revista de Divulgación Científico-Tecnológica del Gobierno del Estado de Morelos

La acuicultura contribuye al bienestar nutricional, económico y social.

Desde la antigüedad, la pesca en los océanos, lagos y ríos ha sido una fuente importante de alimentos, un proveedor de empleo y otros beneficios económicos para la humanidad.

Con el aumento de los conocimientos y la evolución dinámica de la pesca y la acuicultura, se dio cuenta de que los recursos acuáticos vivos, aunque renovables, no son infinitos y necesitan ser administrados correctamente.

Por lo anterior, cuando no se ha practicado debidamente, la acuicultura ha producido con frecuencia efectos no deseados en la sociedad, en su mayor parte a través de daños medioambientales. En la figura 1, se muestran las principales problemáticas que presentan las Unidades de Producción Acuícola del estado de Morelos.

Figura 1. Principales problemáticas de las Unidades de Producción Acuícola del estado de Morelos.

Principales problemáticas de la acuicultura

Los aspectos sanitarios y de contaminación en los ambientes acuáticos son los mayores porcentajes en la problemática acuícola, lo que ha dado lugar a la generación de patologías (enfermedades y parásitos) que afectan a los peces cultivados, así como la dispersión de parásitos de especies introducidas a nativas y viceversa. Los aspectos sanitarios han afectado la calidad y sobrevivencia de los peces producidos, especialmente los ornamentales, debido a la gran cantidad de especies y variedades cultivadas en el estado de Morelos, por ello nuestra entidad es considerada en primer lugar a nivel nacional como productora de peces de ornato.

Figura 2. Principales especies producidas en 25 Unidades representativas de Producción Acuícola

En la acuicultura comercial una condición sanitaria deficiente de los animales se traduce en pérdidas económicas en la producción y cierre de mercados, por lo que es de vital importancia tratar de mejorar o igualar los estatus zoosanitarios de cada socio comercial. Por lo anterior, se debe concientizar a la gente sobre la importancia de las campañas sanitarias en el estado, buscando con esto una mayor participación de los productores y mejores avances en la sanidad acuícola.

Para incrementar la producción, entre otras cosas, es necesario considerar la prevención de enfermedades y parásitos. La existencia de agentes biológicos causales de enfermedades en los organismos acuáticos cultivados, silvestres y de ornato, requiere disponer de métodos de prueba adecuados que permitan una identificación oportuna en el caso de que se presenten brotes o mortalidades en una granja, en los ejemplares capturados del medio natural que son utilizados en la producción, en el procedimiento de certificación del estado de salud de los peces. Así mismo, se sabe de la presencia de ejemplares “portadores”, en los que al no presentar signos aparentes o visibles de la enfermedad, representan un riesgo para los productores, cuando se importan, exportan o movilizan, por ejemplo, la furunculosis la cual es una infección de la piel que ha atacado a la carpa dorada, sin mostrar en las primeras etapas ninguna característica diagnóstica, ya que solo es en las últimas etapas cuando el material necrótico llega a ser evidente y en las útlimas se manifiestan lesiones con tejido muerto sobre la musculatura de los peces. (Figura 3).

Figura 3. Furunculosis en el pez japonés, Carassius auratus afectado con bacterias Aeromonas spp.

La acuicultura en México está considerada como una actividad de seguridad nacional de acuerdo con el Plan Sectorial de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación 2001 – 2006. A pesar de que ha sido fuertemente criticada, porque sus impactos son ocasionalmente positivos, algunas veces neutrales y generalmente negativos sobre la biodiversidad, éstos incluyen a la destrucción del hábitat para crear estanques, contaminación de las aguas locales por la producción intensiva, efectos de los antibióticos y otros tratamientos químicos sobre la micro y macrofauna local, intensiva colecta de semillas silvestres, competición con la fauna nativa y endémica por las especies introducidas.

Por otro lado, otro reto importante de la acuicultura en México es reducir la actual dependencia de productos acuícolas importados (principalmente tilapia y otros peces Asiáticos). Actualmente se importan más de 45 mil toneladas de tilapia (por ejemplo, filete blanco del Nilo) procedentes principalmente de China, que implican un costo aproximado de mil 500 millones de pesos canalizados a productores extranjeros, simplemente porque la producción nacional es insuficiente. Lo mismo pasa con otros peces como el “basa” o pangasius, un tipo de bagre que se empezó a importar recientemente a México desde Vietnam. Además de promover un incremento sustancial en la producción de tilapia en México que se proyecta en 200 mil toneladas para el 2020.

En el estado de Morelos, como en algunas otras entidades de México, tales como Tabasco, Yucatán y Veracruz, el cultivo de tilapia y trucha es concebido como una actividad de autoconsumo y complementaria a las actividades agrícolas, cuyos excedentes son vendidos a pie de estanque, en el mercado local o en algunos casos con fines turísticos (pesca y consumo local). La tilapia es la especie de consumo que mayor demanda y producción presenta (Figura 4), y de acuerdo al Ordenamiento Acuícola del estado de Morelos (2011), 25.05 Hectáreas de espejo de agua son destinadas a la producción de pez carne, es decir, tilapia y trucha, con una producción anual de más de 1600 toneladas anuales. Por otro lado, 64.12 hectáreas de espejo de agua es destinada a la acuicultura de peces de ornato, con una producción anual de más de 20 millones de peces de ornato en sus diversas especies y variedades producidas. Finalmente se tiene registrada una superficie total de más de 170 hectáreas para la acuicultura estatal.

Figura 4. Desvicerado y fileteado de tilapia para su comercialización de la Unidad de Producción Acuícola de “Coty y Pablo”, las Fuentes, Municipio de Jiutepec, Morelos.

La contribución de la acuicultura al bienestar nutricional, económico y social del de la población creciente debe ser sostenible, por consiguiente, las necesidades actuales sobre el manejo de nuestros recursos acuáticos ha dado lugar a establecer las bases para el desarrollo de directrices englobadas en la siguiente definición: “Un enfoque ecosistémico para la acuicultura, es una estrategia para la integración de la actividad dentro del ecosistema más amplio que promueva el desarrollo sostenible, la equidad, y la resistencia de los sistemas socio-ecológicos interrelacionados.”


ºDr. Daniel Hernández Ocampo / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
ºM. en C. Jacinto Díaz Álvarez / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
ºBiól. Fernando Cruz García / lEsta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Centro de Investigaciones Biológicas de la Universidad Autónoma del
Estado de Morelos