Las actividades cotidianas provocan un desgaste físico y mental que debemos compensar. Por esto, debemos tener un periodo de alimentación que reponga los nutrientes que nos proporcionan la energía que utilizamos para realizar nuestras actividades y así mantenernos en equilibrio.¿Quién genera esta sensación que cada día experimentamos y que es causa de tristes historias de la vida en la Tierra?
La sensación de hambre es producto de una señalización química la cual nos indica que debemos comer porque nos agotamos y requerimos del aporte de energía de la comida para seguir con nuestro ritmo de vida sin ningún problema. De modo que esas señales se activan en determinado momento y con cierta frecuencia. Pero, ¿quiénes dan esas señales? Pues nada menos y nada más que algunos miembros de esa encantadora familia de sustancias que existen en nuestro cuerpo llamadas hormonas. Algunas de ellas son: insulina, leptina y grelina.
Particularmente, la grelina es la hormona encargada de producir la sensación de hambre. La grelina se comporta como un mensaje que sale del estómago, y viaja por la sangre hasta el cerebro.
Un estudio realizado en la Universidad de Washington indicó que en humanos, los niveles de grelina estaban elevados antes de cada comida, lo que provoca la sensación de hambre y el inicio de la ingesta de alimento. Posterior a la comida esos niveles descendieron. En la Universidad Veracruzana, utilizando al conejo neonato como modelo experimental, se comprobó que durante el ayuno, los niveles de grelina permanecen elevados indicando la persistencia de hambre.
Pero ¿qué sucede si no obedecemos a ese estímulo de hambre? Otro estudio realizado con roedores en los Laboratorios de Investigación del Corporativo Lilly demostró que los niveles elevados de grelina provocan un aumento del peso corporal y una reducción en la quema de grasa. Es decir, entre más tiempo esperemos a comer, estamos acumulando grasa y peor aún, es común que en cuanto tengamos oportunidad de comer tendremos los conocidos “atracones”, en los cuales ingerimos más comida de lo necesario, pudiendo generar desórdenes metabólicos.
Horarios que controlan el apetito
La manera de controlar ese apetito producido por la grelina es comer cada vez que sentimos hambre, lo que ocurre aproximadamente cada 4 horas durante el periodo de vigilia, es decir, durante el día, no por la noche. Si nosotros logramos establecer horarios regulares de alimentación cada día, esto es, si ingerimos alimentos todos los días a las mismas horas, estaríamos ayudando a nuestro cuerpo a no trabajar de más. Las células que producen la grelina son parte del sistema encargado de medir el tiempo en nuestro cuerpo, el sistema circadiano. Son parte de un reloj biológico capaz de predecir los eventos que ocurren cada día. Entonces, si nosotros “activamos” a esas células cada día a las mismas horas y las “apagamos” comiendo nuestros respectivos alimentos, no sobreexplotaríamos a nuestro cuerpo y reduciríamos el riesgo de padecer alteraciones metabólicas.
Padecimientos como obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes, aumento de colesterol y triacilglicéridos, son consecuencia de mantener una alimentación incorrecta, y hoy día son problemas de salud que acaban con la vida de muchas personas. Pasar largos periodos de ayuno contribuye a esos padecimientos. Como ahora sabemos la grelina, además de indicarnos hambre, tiene la función de almacenar grasa mientras el individuo no come, a fin de reservar energías mientras tanto. Pero si este periodo es muy prolongado, nosotros estamos almacenando grasa en grandes cantidades. Y si esto es recurrente cada día, podemos caer en serios problemas de salud.
La mejor opción es comer regularmente, y de preferencia que sea comida saludable como lo son frutas, verduras, carnes sin grasa y pastas. Aunque esto resulta difícil o casi imposible en las sociedades urbanas, se puede evitar comprar comida chatarra como frituras en su variedad de presentaciones, sopas instantáneas, refrescos y panecillos industrializados, entre muchos otros productos que se venden empaquetados, y en su lugar, buscar otras opciones como un coctel de fruta, sándwiches elaborados con productos no procesados o una comida corrida, procurando combinar todos los tipos de alimentos necesarios.
Debido a las consecuencias graves de no llevar una alimentación adecuada, la industria farmacéutica ha estado buscando alternativas para tratar padecimientos relacionados con una mala alimentación como la obesidad. Desde hace algunos años, varias instituciones investigan un posible tratamiento para obesidad, consistente en una vacuna contra la grelina. Es decir, producir anticuerpos que bloqueen a la grelina antes de que ésta dé la indicación de hambre al cerebro. Por supuesto, se está buscando una dosis que no comprometa al sistema hambre- saciedad. De ser exitosa, podría convertirse en una alternativa importante para reducir los índices de obesidad y ser de fácil acceso para cualquier persona con estos padecimientos. Posiblemente, a diferencia de costosas cirugías como el bypass gástrico o las dietas rigurosas, la vacuna podría tener mejores resultados.
ºLuis Alfredo Rendón Bautista / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
ºDra. Elvira Morgado Viveros / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Universidad Veracruzana