Figura 1. Poliquetos colonizadores del barco hundido Comodoro Manuel Azueta, México. Foto: Emilio Vélez.
En el mar, los ecosistemas con mayor diversidad son los arrecifes de coral. Sin embargo, muchas de las actividades humanas los afectan de manera directa (pesca, turismo, anclaje de embarcaciones) o indirecta (desechos de las grandes urbes, cambio climático o acidificación de los océanos). Una manera de ayudar a estos ecosistemas naturales es crear estructuras artificiales; estos sustratos son hechos por el ser humano y pueden formar arrecifes artificiales debido a la gran cantidad de vida que se alberga en ellos; aunque las especies pueden ser muy similares entre las estructuras naturales y artificiales, estas últimas jamás igualarán a la de un arrecife de coral; sin embargo, pueden disminuir la presión en ellos ya que puede practicarse la pesca o el buceo en los arrecifes artificiales, que pueden ser fabricados de materiales duros (granito, concreto prefabricado, cascos de aviones, carros o barcos) o semiduros (neumáticos o madera).
Toda la diversidad que estas estructuras artificiales pueden llegar a albergar comienza con el establecimiento de las primeras especies, en un proceso conocido como “colonización”. Una vez que se han colocado sobre el fondo marino, existe sustrato disponible para muchos organismos colonizadores que comenzarán a establecerse después de las primeras horas. A esta comunidad se le denomina biopelícula y está compuesta por organismos microscópicos.
Después de algunas semanas, incluso meses, la comunidad inicial sirve de alimento para otros invertebrados, por lo que comenzarán a establecerse los primeros organismos macroscópicos, como son las larvas de invertebrados: hidroides, briozoos, esponjas, gastrópodos, bivalvos, ascidias, poliquetos, entre otros. Esta comunidad se va a caracterizar por estar formada de organismos pequeños, de crecimiento rápido, ciclos de vida cortos y simples, con tramas tróficas lineales donde predominan los herbívoros, la diversidad es baja y existe el oportunismo.
Asimismo, muchas de las estructuras calcáreas de estos organismos servirán como sustrato duro para el establecimiento de las posteriores comunidades.
Con el paso del tiempo y el desarrollo de la comunidad de macroinvertebrados, se establecerán organismos de mayor tamaño, crecimiento más lento, con ciclos de vida largos y complejos, las tramas tróficas ya no son lineales sino en forma de red y predominan los detritos, además de que son buenos competidores y la diversidad de especies es alta. En esta comunidad se encuentran organismos como los corales, esponjas, moluscos, crustáceos, poliquetos, equinodermos, entre otros.
El desarrollo de estas comunidades está influenciado por la temperatura, salinidad, corrientes, sedimentación y luz en el agua, las interacciones entre las diferentes especies que habitan el sustrato artificial y el material con que está elaborado. Esto se observó en las costas de Fort Lauderdale, en Florida, donde se colocaron más de dos millones de neumáticos, generando un desastre ecológico ya que los organismos no se establecieron, además de que acabaron contaminando los arrecifes cercanos y las playas. Asimismo, se han observado casos de éxito como el barco Thunderbolt en Florida y el barco Manuel Azueta en México (figura 1).
En el mundo, hasta el año 2016, se ha registrado el establecimiento de 1907 arrecifes artificiales, de los cuales, 91% se localiza en Estados Unidos; mientras que en México sólo existe 0.10%, sin contar el último que se hundió en el año 2017.
Briozoos (izquierda) e hidroides (derecha) del barco hundido Comodoro Manuel Azueta, México. Foto: Manuel Victoria.
Finalmente, los arrecifes artificiales son importantes porque ofrecen refugio y espacio para establecer diferentes especies, pueden funcionar como estructuras de protección a la línea de costa y generan diferentes beneficios socioeconómicos; son importantes en la restauración y mitigación de impactos negativos en los arrecifes naturales.
Comunidad macrobentónica colonizadora del barco hundido Comodoro Manuel Azueta, México. Foto: Manuel Victoria.
M. en C. Angélica Vázquez-Machorro / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Universidad Nacional Autónoma de México
Dr. Horacio Pérez-España / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías | Universidad Veracruzana